TIRAR DE ARCHIVO

Esta semana, por los mundos de las Españas profundas, no he tenido más remedio que oír conversaciones de esas que te ponen los pelos de punta, y no tienes más remedio que tomarte el café, morderte la lengua y salir de la cafetería "echando leches" por no "comerte" al personajete de turno que arregla el mundo en 5 minutos.

De los 500 temas que oigo por ahí en mis múltiples viajes, el de ayer fue de verdadero vértigo. El asunto era de fútbol, del que todo el mundo tiene opinión, y no hace falta tener carné de nada para hablar de fútbol, entre otras cosas porque nadie tiene ni "puñetera" idea y por ello, todo vale.

Como en el fútbol, al igual que en los toros y en política, todo vale, todo se opina y todo tiene cabida, he llegado a oír que un tal Ronaldo, Ronaldo Ronaldo, el de toda la vida, el auténtico, sin sucedáneos, el primero, nada de Ronaldinhos ni Cristianos, que son imitaciones más o menos baratas, ha sido un jugador "mediocre", "tosco", "golfo", y que los goles le han venido siempre de pases de gol a "bocajarro" y de "empujar el balonico", y cosas así.

Obviamente lo primero en que se fijó mi mirada fue en el contenido en alcohol que podría tener el sujeto en su consumición en la barra de la cafetería. Pero no, sólo tomaba un café solo.

El caso, es que hizo hincapié como 20 veces que Ronaldo está, y sobre todo estuvo siempre gordo, pesado, entrado en kilos, y eso no es propio de un futbolista.

Como no podía yo decir nada a la hermosa conversación que estaba oyendo, llegué a casa esta noche y me puse a investigar cosas de Ronaldo. Tras varias imágenes, documentos, crónicas de mundiales, artículos elogiosos a Ronaldo, goles espectaculares tales como el del Compos, etc, etc, etc, he pensado que una imágen vale más que mil palabras y puede resumir quién ha sido Ronaldo (como diría Sabina, "el Lute, cuando era el Lute").

Esta imágen lo dice todo. Jamás ningún delantero del mundo tuvo que enfrentarse a defensas como los de la imágen. ¡está gordo Ronnie!, ¿verdad?  

Partido amistoso jugado en Francia en 1997, preparativo para el mundial de 1998. 

El resultado final fue de 2-2. Dos de un tal Del Piero por parte de Italia, y uno de Ronaldo

y otro de Romario por parte de Brasil. Las crónicas de este partido cuentan que tras el

encuentro, Paolo y Fabio dijeron que se habían enfrentado a un "delantero que no era de

este mundo y no habían podido con él en ningún momento del encuentro".

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